El proyecto propone dirigir la mirada de los ciudadanos hacia el cielo. Hacerles levantar la cabeza del suelo para mirar las palmeras, hoy sumergidas en la oscuridad cuando cae el sol. Y hacer de lo cotidiano una fiesta, de lo común algo extraordianrio. Hacer una puesta en valor de los elementos singulares de la plaza. Hacerlo además dialogando con los sonidos del ambiente, porque la Reial es hoy una plaza de música.
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